Quiero ser el bálsamo que alivia tus penas,
como brisa fresca que acaricia tus venas,
pasear por tu corazón, suave como el mar,
dejar caricias tiernas en cada despertar.
Sumergirme en tus ojos, refugio de calma,
llevándome tu tristeza, abrazando tu alma,
quiero ser la luz que en la sombra se asoma,
la risa que resuena, la paz que te adorna.
Amarte sin miedo,
entregarme a tu ser,
ser ese corazón que abraza tus latidos,
los cantos de amor que jamás han sido oídos.
Quiero pintar de colores tus días oscuros,
ser el beso sincero de los sueños más puros,
darte todo, sin reservas, hasta el último aliento,
construirte un refugio de amor sin lamentos.
Quiero ser el bálsamo, la voz del consuelo,
en cada lágrima tuya, ser también el cielo,
en cada tristeza que asoma a tu vida,
mis brazos te envuelvan, amor sin medida.
Así, en este abrazo, hallar la eternidad
las almas unidas para celebrar
que amarte es un arte, un bello sacramento,
y ser el bálsamo de tus penas…
Lo más dulce que siento.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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