El día que yo no este
Llévame un ramo de flores
A mi tumba triste y sola
Pero no quiero que llores
Pon una flor colorada
Encima de mi inscripción
Y que la lluvia la moje
Y alimente el corazón
Pon una luz encendida
En el fondo de un farol
Para que alumbre mi tumba
Hasta que le llegue el sol
Sí lloras recordarás
Aquellos tiempos pasados
Cuando íbamos por la calle
Agarrados de la mano
Te acostarás por la noche
En una cama vacía
Con unas sábanas blancas
Y con colcha negra y fría
Cuando leas este poema
Mírate en aquel espejo
Verás tu cara arrugada
Con el pelo blanco y viejo
Posiblemente unas gafas
Adornen tus ojos negros
Llenos de lágrimas tiernas
Secadas con tu pañuelo
No me guardes ningún luto
Ni de noche ni de día
Dejas las penas al lado
Agárrate a la alegría
La vida continuará
Los días no pasan solos
Deberás acostumbrarte
A vivir de otro modo
Para el día de los santos
Me pones dos lamparillas
Debajo del ciprés verde
Y de la flor amarilla
El día que yo no este
Llévame un ramo de flores
A mi tumba triste y sola
Pero no quiero que llores.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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