valioso tesoro:
Perlas en tus ojos.
marfil en tu sonrisa,
y diamante en tu corazón.
¿Y tu figura?
Ah… tu figura,
preciosa escultura
tallada en esencias
de suave cadencia
y sensual hermosura.
¿Cómo no admirarte?
Si llenas mi boca
de bellos elogios,
y con solo observarte
palpita mi corazón.
¿Sabes?
Hasta pierdo la razón.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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