lunes, 5 de mayo de 2025

FRAGMENTO DEL ALMA.

Si por un día la vida me prestaran,  
no callaría el amor que hoy guardo en vano,  
miraría al sol sin miedo a las quemaduras  
y abrazaría el tiempo con mis manos.  

No mediría el valor de las ventanas  
por el cristal, sino por el paisaje,  
y en lugar de contar noches en vela,  
tejería con sueños mi equipaje.  

Caminaría donde otros se detienen,  
oiría el silencio entre las voces,  
saborearía el helado derretido  
y escribiría versos sin fronteras en mi brote.  

Vestiría de cielo mi armadura,  
mostrando al viento mi costura frágil,  
y en lugar de clavar odios en muros,  
los dibujaría en nieve… ¡que se borren!  

Pintaría canciones en la luna,  
juntando estrofas, pinceladas, abrazos,  
regaría con risas las espinas  
y aprendería a querer hasta lo amargo.  

A cada amigo le diría “te necesito”,  
a cada anciano: “tu historia es mi semilla”,  
al que olvida amar le daría un verso:  
“No es la edad, sino el frío lo que envejece el alma”.  

Al niño le mostraría el firmamento,  
mas dejaría que él trace su camino;  
al que mira con soberbia al otro,  
le enseñaría que solo es digno el cariño.  

He aprendido que subir la montaña  
no es llegar a la cima, es el viaje,  
que un puño pequeño puede guardar  
la eternidad en un fugaz instante.  

Mas cuando el tiempo cierre mi ventana  
y me guarden en un baúl de sombras,  
sabré que aunque mi trapo se deshace,  
el amor que sembré… ¡no tiene alcoba!  




Autor 

Antonio Carlos Izaguerri 

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