jueves, 29 de enero de 2015

CUANDO YO ME VAYA.

Cuando me vaya, no quiero que llores,
Quédate en silencio, sin decir palabras,
Y vivir recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
Por algo me duermo, por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
Y casi en el aire, con paso muy fino.

Búscame en casa,
Búscame en mis libros,
Búscame en mis cartas
Y entre los papeles que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sueter, mi escudo,
Y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
Y cuando haga frío ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
Y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
Usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
Corre hacia el espacio, libera tu alma,
Palpa la poesía, la música, el canto.

Deja que el viento juegue con tu cara,
Besa bien la tierra, toma toda el agua
Y prende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto,
Búscame en los niños, el café, la radio
Y el sitio donde ocultaba.

Cuando me duerma,
No me lleves flores a una tumba amarga,
Grita con la fuerza de toda tu entraña,
Que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va apagar,
Por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca,
Se duermen a ratos, a ratos pequeños,
Y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende mi mano
Y estarás conmigo sellada en contacto,
Y aunque no me veas,
Aunque no me palpes,
Sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces un día sonriente y vibrante
Sabrás que volví para no marcharme.

Autor
Antonio Carlos Izaguerri 

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