martes, 28 de abril de 2015

GUIÑO DE LUCERO.

En este lugar,
Pleno de frondosos álamos,
Cuyas hojas reflejan al últino resplandor del día,
En silencio, del brazo caminemos despacio.

Engalanemos nuestros pasos,
Escuchando el armonioso canto de los grillos,
Acompañando por el coro del cu-cu de las palomas
Colgadas de sus ramas.

El crepúsculo se esconde a la distancia
Dejando caer la desnuda oscuridad de la noche,
Alumbrando nuestro anidar
Con el resplendor de las estrellas.

Detengamos la marcha,
Contemplemos el lucero de la tarde
Que trasponiendo el horizonte
Nos mira con envidia
Suspirando alborotes burbujeantes
De ardiente imaginación.

Guiñando un ojo el tal lucero vespertino
Me anima a confesarte ese amor diferente
Provocando gracias a la elegancia de tu figura de mujer.

Tus ojos desprenden brisas plenas de ternura,
Diluyendo mis ayeres nostálgicos
Con las sonrisas de tu mirada,
Despertando en mi consciencia
El deseo de abrazar tu taya,
Depositar en tus labios de coral partido,
Todos los besos enamorados
Que soy capaz de darte
Y decirte simplemente y llanamente ...
TE AMO.


Autor
Antonio Carlos Izaguerri

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