Ya suspiran las flores
Encontrando su sueño,
Embriagando la noche con su ausencia
En abrazo oscuro y puro.
El retorno de las almas dormidas
Brillan como el sol.
El cielo despejado,
Reflejándose con sus rayos
En transparente orilla,
Y de repente una ilusión deseosa
Pero distante,
En el silencio dorado
Que mi alma abre,
El aire estela de rosas,
Ojos con hielo
Es inmenso telón,
Todo, todo en una distancia, serena,
Llena de hilos bellos
Y flores encendidas.
Ah, y sólo quedan los luceros.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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