Anoche dejaste
El contorno de tu alma a mi piel abrazada
En la llanura de mi almohada.
Dejaste tus sueños
entreabiertos
Y yo en un descuido
Los acuné entre mis
pechos.
También tus íntimos deseos
Que guardé en secreto,
Saber que mi nombre
No se despega de tus besos.
Dejaste la exhalación de tus palabras
Acurrucando la desnudez del suspiro
Y la noche se volvió
habitable
Y fue la tibieza
de tu sol
Que abrió carmines
En el reposo de mis sábanas
Abrazadas a mi almohada.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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