Con frecuencia me pregunto quién eres
Que has venido a conocerme ahora
Que he llegado a quererte sin demora
Que si eres tu autentica entre tantos seres
Mil cuestiones en la vida me devoran
Pero me calma escucharte, cuando dices que me quieres
E intento descifrarte, que me es como tratar de abrir una
caja fuerte
Que bello me resulta notar que las palabras no me alcanzan
Que todas las piezas conectan contigo como en un
rompecabezas
Habiéndote conocido aseguro que ya no importa ni la muerte
Eres quizá a quién conocí en otra vida
Y si fue así debió hacer de mí un hombre feliz
En otro tiempo fuiste la mujer más querida
Musa del poema más bello que jamás escribí.
Eres la Inmensa Torre Eiffel de mi Paris
Y el Majestuoso Coliseo de mi Roma
El sol cuando entre los montes se asoma
Eres magia, y también del desierto eres el oasis
Eres la vieja confiable literatura que aún no leo
Y los campos de rosas a los que no he ido
Eres también el eco de un pájaro en las montañas
Y el fresco viento del otoño en las mañanas
Y aún que para mí
eres tanta vida
Entiendo bien que no lo eres todo
En cualquier caso y de cualquier modo
Eres todo lo que siempre he querido, Querida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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