Bien, tú has de inspirarme 
Para decir la verdad suave, 
Y no lastime los heraldos 
Caballeros que te sorbieron. 
Contigo igual departieron 
Varones sencillos e hidalgos, 
Y en su insospechado enclave 
Unánimes desean hallarme. 
Pero la quietud y la cordura 
Saben mejor en tu compañía 
Porque eres clara, transparente, 
Que yo te prefiero a solas. 
Muy lejos de las fumarolas 
En que se bate la gente 
Entre suplicios y algarabías 
Con un tinte de locura. 
Yo brindo con mi sobriedad 
Al poseerte en calma, 
Y tú en mi mano a mi boca 
Sutil inspiración allegas. 
¡De tristezas a unos anegas 
Al poner su mundo en tu copa! 
¡Con un sorbo tuyo mi alma 
Transitoria se llena de piedad! 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri  
 
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