Dedicado a Ana Rosa
Te pienso, te sueño, te deseo... 
Cada que cierro los ojos, me acuerdo 
de cómo besan tus labios, 
mientras te digo “te quiero”. 
De cómo muerden tus dientes mi cuello 
de cómo se sienten tus manos en mi cuerpo 
de cómo respiramos agitados, 
mientras dejamos el mundo caer 
ante la pasional intensidad del encuentro. 
Ocultos de miradas de prejuicio, 
ocultos los sentimientos verdaderos. 
Lo único cierto en esas horas, 
de ebrio anhelo de mi piel y tu piel, 
es la tensión de nuestros movimientos. 
De mi ansia febril por tus caricias toscas, 
de tu despertar ante mi atrevimiento, 
de la callada frustración 
que se inflama y no se apaga, 
por desearte como te deseo 
y seguirte soñando como te sueño.
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario