Dedicado a Elena Terekhsova. Gracias por tu amistad bella
camarera.
Puedes tomar una palabra,
la que tú quieras,
y repetirla
una y otra vez;
no sería novedad,
que de tanto mencionarla,
el sentido de ésta
desapareciera.
Inténtalo.
¿Ya lo ves?
Yo juego,
por las noches,
con tu nombre.
Lo repito.
Lo susurro.
Lo grito.
Me quedo en silencio.
El silencio,
tu nombre lo rompe.
Nunca desaparece.
Nunca cambia.
Nunca calla.
Nunca se corrompe.
Dicen que basta
que menciones tres veces
el nombre de Elena Tereckhova;
y ésta aparecerá.
Yo digo tu nombre
ochocientas veces,
y no vienes,
no llegas a mi encuentro;
pero si algún día lo haces,
no me dejes,
no me abandones,
si vienes,
dime que no te vas.
Si te vas, me dejas muerto.
Repito tu nombre de nuevo.
Ya está grabado en mi mente.
Tatuado en mi piel.
Tu nombre.
Que significa,
cuando lo menciono mucho;
libertad,
vida,
muerte,
ataraxia;
duplicidad
del cuerpo y el ser.
Tu nombre,
que ahora es mi palabra favorita.
Tu nombre,
con el que te llamo,
con el que me acelero,
con el que te quiero;
por el que vivo,
por el que sufro,
por el que muero.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario