viernes, 4 de agosto de 2017

ELLA FUE PARA MÍ.

Desde que supe que ella existía
en el alma tuve dos razones que yo no conocía:
amar y perdonar.
Y fue tanta la gracia que en mi ella atraía
que experimente dos motivos:
adorarla (igual a preservar)
 no olvidarla (igual a eternidad)
todo un total de relevantes emociones
que alborotaron mis sensaciones
de un poder sin igual,
esos fueron sin dudas mis dos sucesos definitivos
en mi lateral realidad.

Ella fue para mí, tan dulce, como un vino de dátil,
saludable como olivo silvestre,
frágil como el pétalo de una flor.
aquella carta y aquel verso que en abril yo le escribí,
llorando, triste, y feliz, a la orilla del mar,
yo la guardo aun sin quererla publicar.
Tanto fue el suspenso de mi lamento
que dos pensamientos vinieron ante mí:
el primero (sobre lo cruel del amor)
y el segundo (sobre lo bello del amar),
y en conclusión a todo esto solo puedo decir:

que la ame con principio y la amo sin final.



Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 

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