Me gusta amor cuando dices;
que te mueres por mis huesos,
disparas mis sentires, ¡arde mi hato!
resaltando los matices
escondidos tras los yesos
que resurgen sin recato.
Como luciérnaga errante,
alumbro noches de besos,
del tejado que sueña tu ojo de gato
dando con mi luz radiante
pasión ardiente al deseo
que produce mi arrebato.
Si ves que vagan las sombras
alrededor de tu alma
cuando duerme el corazón,
no pongas el grito al cielo,
que son las sombras de un verso
regado de savia en flor
que quiere robarte un beso
y regarlo con pasión,
para que crezca en el seno
de nuestra historia de amor.
Corazón de ancha pradera,
en tus jardines me pierdo,
me cala hasta los huesos
cuando trepa como hiedra
el olor de tus jazmines
inyectando por mis venas
un fuerte perfume a besos,
elevando al universo
y a sus más altos confines
la ilusión de nuestros sueños.
Es tu luz, amor que aspiro
eres sol de ardiente manto,
eres cálido mar, que me procura
brisa eterna que suspiro,
alejando de mí el llanto
rendida por tu hermosura.
Vivamos del amor presos,
saciemos lujuria a besos,
olvidemos por siempre los malos tramos,
cumplamos todos los sueños,
que arda la pasión al fuego
de quienes amar.... amamos.
El amor es un concierto,
que solo precisa el do,
lo tocan cuerdas del alma
con redobles de pasión.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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