Un adiós a tiempo
evita el llanto lastimero,
de mí se despidió
y lloro como un pequeño.
Más vale la verdad
aunque lastime al alma,
¿Por qué no me mintió
y suavizó sus palabras?
No sirve el amor forzado,
es en vano el obligarlo,
ya tanto le rogué 
que mi orgullo... voy arrastrando.
En fin, me abandonó,
me dijo su adiós a tiempo,
le agradezco su verdad,
forzaré al amor en versos.
Entonces será mi poema,
un alebrije de sueños,
porque sé que yo la amé
con un amor... ¡a destiempo! 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri 
 
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