Siempre regresas a mi nada,
me abrazas
y no hay espacio en mí que tu TODO no cubra,
tu permeable ser mi espíritu alegra,
y gratas transfusiones de amor recibe de ti mi alma;
un solo recuerdo y la historia completa se renueva,
vuelvo a palpar tu sonrisa y del brillo de mis ojos
como cada vez vuelves a ser el dueño.
Lo sabes, siempre vuelvo al nosotros,
porque tu esencia me envuelve,
me alcanza,
no puedo desatarme de los fuertes hilos de amor
que a ti me atan.
¿Me lees? Cierra los ojos...
¿Dime?
¿Recuerdas como temblaba en tus brazos?
Cuando mi cuerpo alineado quedaba a tu hemisferio.
¿Aún lo sientes?
Te diré, yo todo vuelvo a sentirlo y vivirlo
con la visita de tus recuerdos y no existe modo
que de ellos quiera yo librarme.
Recuerdo aún enamorado,
como de tu savia yo me perfumaba,
extraño los suspiros
que mi corazón por ti liberaba,
cuando tus manos tibias
las mías dulcemente acariciaban.
Todavía vivo tanto y todo de ti
aún endulzo mi primer café de la mañana
leyendo tus poesías, en cada verso sigo
sintiendo que tu presencia me acaricia,
como lo estás haciendo justo ahora,
cuando mis manos mi sentir por ti
en estas letras dejo evidenciado.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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