En soledad perdida en el final de la tundra
Dialipétala, azul radiante, como el cielo 
Su vivacidad deslumbra desde lo más lejos 
Las flores más abundantes en la tundra. 
Las mariposas volando cerca con temor 
Nunca se llenan de valentía para tomarla 
Y beber de su néctar índigo…su fiel amor. 
Invaluable hija del cosmos, señálame la vía 
Que debería tomar para emprender mi vida 
Dentro de ti, hay galaxias ¡Dime, amiga mía! 
Si es necesario ir bajo la luz del sol vagando 
Y tapar con una venda, las incontables heridas. 
Tal vez solo deba, dejar de estar pensando 
Y vivir como tú, en un lugar fijo, amando. 
Autor 
Antonio Carlos Izaguerri. 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario