Dicen que cada quién en esta vida tiene una persona.
Dicen también, esa persona hará a tu razón desparecer.
Haciéndote olvidar del racionamiento mental, y enseñándote
qué con el alma también se razona.
Para acabar, siendo la razón de cada latido que da tu
corazón.
Y ¿Cómo? Muchas noches te preguntarás
¿Por qué cada vez qué esa persona te abraza cómo si de un
frío polar se tratara cada una de las fibras de tus músculos vibra?
Cuando sin embargo, un calor recorre tu cuerpo y sientes
cómo en tí, él/ella se deja caer y confiando en tú fuerza en un balance
perfecto se equilibra.
Y sientes cómo levemente tú respiración comienza a aumentar
y en tu mente te preguntas ¿Cuándo es qué los nervios por fin dejarás y tú amor
le expresarás?
Aún recuerdo aquél 18 de diciembre
Luego de 18 largos malditos años esperándolo al fin estabas
ahí.
Tu largo cabello negro enmarcaba tu blanca piel y tus
negros ojos la resaltaban aún más, al verte escalofríos recorrerme sentí.
Sentada en la base de un tronco estabas, admirando
anonadada aquéllas estrellas que muertas de envidia intentaban brillar más,
pero para mí en ese momento no había estrella más bonita qué tú quise qué fueras
mi estrella para siempre.
Me senté junto a ti levanté mi mentón para admirar contigo
las estrellas.
De repente sentí, como unos brazos se abrazaban al mío,
haciendo que cada fibra de mis músculos comience a tiritar.
Sin embargo, frío estaba muy lejos de ser lo que yo sentía,
dejaste caer tu cabeza sobre mi hombro confiando en mi como tú apoyo haciéndome
sentir qué confiabas en mí, y al instante también comencé a confiar.
Levanté mi brazo y lo pasé por detrás de tú espalda, para
qué en mi pecho estés apoyada y puedas escuchar a mí corazón mis sentimientos a
tí expresar, quería qué sepas qué de amor por tí está qué estalla.
Y mirando tus ojos logré comprender, cada persona tiene una
y la mía eras tu, tomé tus manos y lentamente, tus labios besé y sentí cómo mí
razón comenzaba a desaparecer, y cómo en el suave tacto de tus labios aprendí a
con el alma y el corazón a razonar, y para acabar escuchando a mi corazón
exclamar enamorado Atziry~ en cada latido.
Una noche estrellada llegaste, para enseñarme una valiosa
lección, qué el amor es la cosa más hermosa de esta vida, pero... Te equivocas
y te equivocabas porqué la cosa más hermosa del mundo eres tú.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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