jueves, 20 de febrero de 2020

CONTANDO MI VIDA.

Te empecé a contar mi vida
mientras tú me observabas,
sé que todo te ilusionaba
hasta que supiste todos mis defectos.

¡No!...
No te culpo por tu desprecio,
pues por ellos he pasado toda mi vida,
porque hubo primaveras que se fueron
de mis manos,
porque los otoños no saben florecer.

Y las aureolas solo son fantasías
en mi vida,
porque hay vidas para toda la vida;
pero la mía fue como gotas
en un desierto que jamás
supo retener ni una sola.

Hubiese dado lo que fuera
por un solo instante de felicidad,
pero no fue así.

Hoy el dolor me embarga,
porque me rodeo de otoños grises
y solitarios,
donde no se perciben primaveras.

¡Siento que mi alma se quiebra en mil pedazos!
porque mi casa está sola,
y la luz no entra por la ventana.

¡Hoy te recuerdo!

Cómo no recordarte,
si en cada detalle de esta biografía
estas tú.

¡Cómo no escribirla en mi vida!
¡Cómo no pronunciar tu nombre!

Si ayer, tú contaste tu historia,
y en ella yo estuve presente
solo para hacerme saber
que también hay historias
que llevan nombre.

Y en la tuya... ¡llevaba el mío!



Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

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