Está mudo el poeta ante la blanca página
Su pluma se ha secado olvidada en una flor
Su voz desafina en medio del clamor.
Pobre poeta sin boca de amor,
quiere ser escritor.
Tener pulso firme, las palabras invocar.
Despertar al sol, con los versos de hielo .
No libres tus batallas en el cielo.
No abandones esta tierra.
Ahora, después, por siempre,
no dejes secar tu pluma hiriente,
poeta.
Has gastado a tu musa
de tanto quererla.
Todo aún no está agotado,
poeta.
Buenos días trovador.
Agarra el pincel con tu mano maestra y dibuja
su amor
con buena letra.
Eleva los ojos al cielo,
imagínate a ella
y !escribe¡ poeta.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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