martes, 18 de febrero de 2020

EN UNA OSCURA Y APACIBLE NOCHE ESTRELLADA.

En una oscura y apacible noche estrellada
sentía el suave beso de la dorada arena,
era una dulce noche, sosegada y serena,
en la que mi alma al edén se sentía llevada.
               
Con temerosos pasos se asomó la alborada
y su luz hirió mis ojos como alba azucena;
a su claror creí ver en las ondas una sirena
que del azul abismo había sido arrojada.

El resplandor verde esmeralda de su mirada
mis extasiados ojos ofuscó de tal suerte,
que a olvidarla mil veces prefiero la muerte.

De mi corazón su hermosura quedó prendada
y en él su cegadora visión causó tal huella,
que desde entonces ya no puedo vivir sin ella.

Suspiros y sueños de amor


Autor  
Antonio Carlos Izaguerri

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