Ya no recuerdo cuando fue la última vez que me
sentí feliz;
Pero recuerdo cuando fue que bese tus labios
con el sabor amargo del adiós.
...también recuerdo tus últimos abrazos;
aquellos que provocaban un doloroso suspiro,
y recuerdo el despertar en mitad de nuestras
noches,
solo para saber si aún estabas conmigo.
Mis lágrimas tienen vida propia!
Ruedan cuesta abajo y a los lados sin que
pueda detenerlas;
aparecen así de pronto, sin llamarlas, sin
pensarlas o pensarte
...es que sin saberlo, siempre te estoy
echando de menos.
...y aún no he podido entender cómo puedes
dormir sin mis caricias...
yo no he podido siquiera descansar sin las
tuyas...
Amanece! ...y vuelve la agonía,
todo me recuerda que ya nada es alegría,
y cuando vuelve la noche;
entiendo que el logro de tus sueños,
transformaron los míos en una eterna
pesadilla.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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