Siempre me pregunté, sin aliento, ¿A qué lugar
pertenezco?
Pensé que estaba en la cima del peldaño al centro
de todos
sosteniendo el oro
Pensé que estaba en la casa de los profetas
Pensé que estaba en la soledad
Pensé que estaba en la fortuna
Pero solo había un lugar donde quería estar
Un lugar donde sostener tu mano
Un lugar donde profesar mi amor
Un lugar donde compartir mi soledad, porque
la soledad es hermosa cuando se tiene a quien
decírselo
Un lugar donde sentirme afortunado por tenerte
a mi lado
Varias veces pensé que te había encontrado
Y estés donde estés mi lugar soñado
Aun te sigo esperando.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
Creo quite todos ansiamos ese lugar.
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