Oh amiga mía,
siento tanto
tu partida,
siento tanto
tu corta estadía
en mi vida.
Ahora sé que duele
estar en el suelo
llorando y sangrando
deseando que todo
esto de por terminado.
Ahora sé que deseas volver
atrás, donde solo
deseaste la muñeca
obtener.
Ahora sé que
desearías volver,
a cuando no había
nada que temer,
a cuando creiste
que él te podía
proteger.
Sé amiga mía,
que hoy,
te he perdido,
que hoy
no has resistido.
Aún, amiga mía,
me sigo sintiendo
perdida,
¿que se supone
que haces
con tu inocencia
destruida?
¿Qué se supone
que haces
cuando nada
tiene salida?
Tú, amiga mía,
intentas que
no saliera
herida,
y tu vida
diste por la mía.
Me duele, amiga mía,
que nadie nota
tu partida,
que nadie nota
nuestra herida.
Tengo que mentir,
amiga mía,
pues no puedo explicar
tu pronta agonía.
No puedo explicar
tú ausencia en mi vida,
no puedo contar
todo nuestro pesar.
Lo siento, amiga mía,
no puede evitar
tu partida,
pero si puedo
lograr que sirva.
Si puedo
salir,
sobrevivir,
pues solo quiero
ser feliz.
Adiós, amiga mía,
gracias por ser
parte de mi vida.
Gracias por intentar
llevarte contigo
todas las mentiras ...
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
No hay comentarios:
Publicar un comentario