Recostada frente al mundo, pienso en su
querer,
la esencia de sus caricias aún recuerdo en mi
ser,
mi vida se destroza en un pedazo de papel,
Amiga, dime por favor, ¿Que sabes de él?.
Cállate alma, no te hagas daño, lo vi con
aquella,
sonriéndole, y tú en pena, la sigues fiel en
su huella.
No amiga, no lo he visto, mejor olvida su
amor,
que te dejó tanto dolor, viviendo tan cruel
condena.
Ni siquiera me pregunto cómo pudo suceder.
Su mirada, desnudaba mis aromas de mujer,
¿Se olvidó de mí? ¿Por qué no me viene a ver?
Decía que yo era su tiempo, amor, instinto y
placer.
Tal vez fue su tiempo amarte, a su modo y
medida
mientras su vida escondía, otro amor más
fascinante.
Me duele al verte así, ven aquí amiga querida,
llora conmigo su huida, déjame curar tu
herida.
Me condeno a su cielo con promesas,
¡Ese hombre me sedujo con destreza!
Y yo como ingenua esperándolo todavía,
pero sus caricias servirán de tinta a mi poesía.
Escribe sobre recuerdos, de los momentos
felices,
que no dejan cicatrices cuando al papel se
confían.
Vierte tinta y sentimiento, y verás cómo se
olvida,
a ese amante infiel, que te destrozó la vida.
Ahora seca tus lágrimas … Te espera la Poesía.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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