La distancia y el silencio;
el orgullo y el destino mismo
no pudieron impedir
nuestro ansiado encuentro ...
Sin decirnos nada, nos abrazamos fuerte
Como si nos quisiera separar la muerte,
Tus besos dieron sentido
la agonía de esperarte siempre.
Es que tú has sido el inconfundible poema
que en mi corazón logre tatuar
y nadie, nadie ha podido, ni podrá borrar.
Al despertar, tu rostro junto al mío
No ha sido un sueño, ni un desvarío,
solo la unión de una promesa irrompible
¡Estando juntos todo será posible!
Quédate un sueño, quédate un beso,
quédate una caricia, quédate una vida
Quédate cual llama encendida.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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