domingo, 12 de abril de 2020

CUANDO TODO SE ACOMODE.


Cuando nadie camina por la calle, te invito a pasear por los faros de la avenida baja. Y sabrás lo que nada ni nadie más nos ilumina, solo el reflejo del brillo que provoca nuestra mirada, tan dulce y audaz.
               
Cuando termine la fiesta y solo tengas que ver las fotos, cerraré los ojos y volveré a cruzar, vestida como una obra de arte, domarás mi mente como lo haces en todas partes.

Cuando la vida y la muerte nos atraen en la misma imagen, las afirmaremos por igual, respetando el enigma del silencio y el placer de seguir adelante.

Cuando el silencio ya no respalde nuestros secretos, el grito del mismo ego se volverá obsoleto y lo compartiremos nuevamente para sentirnos más completos.

Cuando la culpa no nos castiga tanto y el dolor de los demás suspende nuestras lágrimas, entenderemos que siempre hay una razón, y solo tenemos que buscarla.



Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

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