lunes, 20 de abril de 2020

DONDE EL PENSAMIENTO ALCANZA.

Hebras de plata que nacen,
en la piel entrelazadas,
sobre las sienes que piensan,
como ligeras cascadas.
De sutiles pensamientos,
hilos de níveas batallas,
sembrados sobre experiencias,
cosechados de alba a alba.
                              
La Luna pálida mira,
con ribetes de esperanza.
En sus cráteres sin vida,
de su tibieza plateada,
se va reflejando el mundo,
que frenético se escapa.
Reflejos que preconizan,
risas, amores y gozos,
también fugitivas lágrimas.

Tembló la pluma en la brisa,
como una sonrisa alada,
ligera, sutil, magnífica,
planeando sobre la nada.
Baila solemne sin prisa,
como un gesto en la mirada.
Grácil paloma que pía,
aleteando en la mañana.

Sobre la frente del sabio,
el mapa de sus andadas,
surcos que al mundo contemplan,
como en el viento las águilas.
Sobrevuelan en las cejas,
como níveas cataratas,
en los sabedores ojos,
llenos de vida y nostalgia.

Vibró en el sueño el amor,
replegado entre las sábanas,
mirando hacia el interior,
como si mirara el alma.
Sobrenadando entre sueños,
las venideras hazañas,
mientras las vidas se perlan,
con amores de oro y plata.

Hebras de plata se nutren,
del néctar de la esperanza,
de los errores pasados
y los que vendrán mañana.
El amor entre los ojos,
donde el pensamiento alcanza.





Autor
Antonio Carlos Izaguerri. 

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