El verso ensalza al amor
y a la más negra tragedia.
En el filo de la vida
dudando se balancea,
luchando contra el dolor
que le envuelve y zarandea.
A los resquicios se asoma,
para alumbrar su interior.
Vertiginoso y audaz
rompe rejas y cadenas,
y con su aroma seduce,
hasta en lúgubres cavernas.
Se va colgando su voz
del viajero que le acepta
y esquivando la riqueza,
ama a quien sufre y apena.
El corazón se disuelve
entre los versos que nacen
prendidos del sentimiento.
El perfume de sus rimas,
cruza mares y colinas,
en un proceloso viaje.
No se detiene en el tiempo,
al infinito transciende.
Versos cargados de vida,
que la vida les devuelve,
multiplicados por mil,
los despertares que ofrece
Y sembrando la semilla,
de su profunda mirada,
busca libre la cosecha
en su dura caminata.
Es alargada su luz,
para alumbrar al perdido
y viven al contraluz,
de su corazón las rimas.
Se acurruca entre los huecos
donde la nostalgia anida
y viven en las entrañas,
donde se oculta la luz.
Verso que alarga su vida,
para así más vida dar,
a quien las penas transita.
Baña las sombras de luz
y entra por el tragaluz,
para alumbrar a escondidas.
Rico perfume su aroma,
que desprende sin pudor,
tan brillante es su color,
que deslumbra cuando mira.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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