lunes, 29 de junio de 2020

AMAR AL BORDE.


No sabe el ruiseñor
de los desdenes,
ni el ágil felino,
del sutil desprecio,
como no sabe el halcón,
quien siendo necio,
con volar soñara,
a cualquier precio.

No sabe del rencor,
la golondrina,
precursora de rosas
y amapolas,
mensajera veloz,
de primavera.
Quien sabe del amor,
si solo mira.

Abierto el corazón,
a la heridas,
a los vaivenes,
de luchas desmedidas.
Quien sabe del dolor,
que va y que viene,
de la falsedad
y la mentira.

No sabe el corazón,
de arena henchido,
en piedra esculpido
y contrahecho,
del auténtico valor,
que ama la vida.
Quien sabe,
si es verdad
o si es mentira.

Extendida la mano,
suave brida,
que levanta barreras,
de odios y de inquinas.
Más extendida,
la mirada del amor,
que lo cautiva.
Extenso salvavidas.

No sabe la razón,
que entre diatribas,
a quien la esgrime acopla,
al dolo y a la insidia.
No sabe la verdad,
de la traición,
que en la razón anida,
tan solo el corazón.

Amar al borde,
del frágil precipicio,
sorteando las trampas,
de cambiantes principios.




Autor
Antonio Carlos Izaguerri.

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