En esos días al amanecer cuando aparece la
aurora,
los pedazos de tu alma se unen junto a los
míos
uniendo todo esos días que fueron tiempos
perdidos,
cuando decías te amo, sin tú haberlos sentido.
Si en ti fue un tiempo perdido el unir tu amor
y el mío,
es porque tu corazón no supo amar junto al
mío,
ni en verano, ni en otoño, ni cuando nace el
rocío,
ni en esos amaneceres aunque hayas soñado
conmigo,
ni hayas guardo el recuerdo de aquel tiempo
que se ha ido.
Y ni siquiera al despertar o haber soñado
contigo,
quedan en mí los recuerdos, aquellos tuyos y
míos,
porque el amor es también como una estrella
fugaz,
que puede llegar a ti, pero igualmente se va,
ni que la luna te alumbre, ni que brillen los
luceros.
Si tu alma quedó en pedazo por aquel tiempo
perdido,
no busques dentro de ti aquellos momentos idos,
porque de habernos amado con la verdad por
delante,
no habría momentos tristes, ni el rocío se
habría ido,
y aquellos momentos tuyos que se unían con los
míos
volarían por las nubes llenos de aquel amor
que en aquel hermoso tiempo llenaba mi
corazón.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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