borrables, invaluables,
ese suave roce,
ese deseo nuevo,
ese sentimiento encontrado, incierto.
Uno a uno los llamo,
evocando la sensación
evocando la imaginación,
de lo que fue y no fue,
de repetir, de no olvidar,
Uno a uno los llamo,
uno a uno de nuestros recuerdos.
y entonces imagino
imagino la niña delgada
de piel blanca y suave
y entonces imagino
la niña joven y sonriente,
de ojos verdes y expresivos.
Y entonces imagino
su voz cantante
su sarcasmo creativo
de musa que endulza mis oídos.
Y entonces imagino
que esta ella conmigo
y que hacemos el sexo
como amantes amigos
me pierdo en su entrepierna un domingo …
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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