miércoles, 5 de agosto de 2020

NOS INVITAMOSA LA ORGÍA.

¡Desnúdame!, ¡apriétame!, ¡cógeme!

 

Nos daremos sin medida y sin interrogaciones

en la noche elástica de los gemidos, apremiantes.

Te encuentro, me encuentras y nos damos.

 

¡Acaríciame!, ¡báteme!, ¡medítame!

 

Nos decimos con los labios entreabiertos

con las manos cazadoras de los deseos.

Somos tantos, en uno mismo, fundidos,

compenetrados; en la caricia asediadora.

 

¡Úsame!, ¡ámame!, ¡agítame!

 

Eres cuanto quieres ser, eres lo que me apetece.

Soy lo que quiero ser, soy lo que tú pretendes.

 

Somos manos: tímidas, maliciosas, fervientes.

Somos bocas: susurrantes, histéricas, violentas.

Somos pies: huidizos, sitiadores, combatientes.

Somos almas: permisivas, orgullosas, atrevidas.

 

¡Destrípame!, ¡defórmame!, ¡desplúmame!

¡Pregúntame!, ¡frótame!, ¡desvirtúame!

¡Presiénteme!, ¡lávame!, ¡límpiame!

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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