Canta el cenzontle llanero
y brotan flores silvestres,
es cristalino el arroyo
y lucen los montes verdes.
Se hizo la lluvia presente
y al río se oye cantar
cuando corre presuroso
buscando llegar al mar.
Todo en ello es natural
la vida está en armonía,
solamente tú no estás
golondrina peregrina.
Mi vida se fue contigo
pues igual ella partió,
pero sé que volverá
migrando de allende el mar
porque así lo prometió.
Ya se ve por las colinas
como se acercan alegres,
bulliciosas andorinas
a los aleros de siempre.
Vuelven de nuevo a su nido
es cristalino el arroyo,
y al ver a las golondrinas
mi afán
encontró reposo.
Porque tú vuelves con ellas
para alegrar a mi nido,
en mi alfeizar tengo flores
con pétalos de ilusiones
y hay amor en sus pistilos.
El campo luce verdoso
canta el cenzontle llanero,
brotan las flores silvestres
y trinan alegremente...
polluelos en los aleros.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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