martes, 15 de septiembre de 2020

A LA VIDA QUE ENCUENTRO Y AL POETA QUE SUEÑO.

A la vida que encuentro dentro de los sueños, a mi amor de primavera busco en todos lados,

a mi afán de vencer en un verso mago la pasión que susurra todo mi pasado,

A las búsquedas dejo mi pluma enconada, a l futuro dos mangos y al presente mi vaso,

me bebo el sol las estrellas trago para hilvanar las noches de lujuria y él te extrañó.

A mi loco amor que ha desenvainado la lucha por ser eterno enamorado,

le digo si y voy acelerado, en mi caballo blanco que sueña su paso.

Soy una gitana que dejó sus bruces y partió al galope a soñar el dulce,

néctar que llevaba desde aquel suspiro cuando se lo dije a ese mi destino.

No fue por capricho o por desatino, como cuando muerdes todo tu delirio,

salió de mi boca amor, amor mío, mío desde el alma te lo dije lindo.

 

Ah mi brisa de primavera

que apareces y me rescatas.

Eres como la flor que nace entre el silencio primaveral, y vienes y me besas, y siento el dulzor de tu lengua atrevida.

Me abrazas con un raro perfume que me consume

aplaca mis ansiedades y sucumbo en tus pensamientos

de lujuria y pasión.                        

Por las noches, entre mis sueños, estás allí en tu blanco caballo con su erguido caminar, floreciendo tus cabellos de gitana al viento insultando al futuro para que en nuestro presente, tengamos desnudos nuestros cuerpos entre senos acusadores y vientres blancos, lo prolonguemos con tanto amor que nos haga eternas cenizas, que nos haga el amor.

 

A la vida que encuentro le regalo jarrón de rosas y perfumes de sueños, porque ella me dio lo más sagrado: la ternura de mi madre, la sal de la sonrisa, el amor de la familia, el calor de los amigos.

Y al poeta que sueño, le doy mi amor entero, porque en sus brazos palomas experimenté cielos nuevos.

 

Por los mares del sur labro el día a día, es

la vida bonita que sustenta mi carne

los sentimientos que alimentan mi alma,

se oyen por las mañanas cantos de pericos,

y el sol prometiendo un nuevo día en la alborada,

y atisbo horizontes más allá de los sentimientos

donde el espíritu vive he de encontrarte tejiendo

los versos al mismo amor que yo lo hago.

 

Con cariño yo lo hago así mismo es el destino,

así mismo me encuentro porque vivo,

porque quiero de todo, y eso incluye

el buen vino, el beber del olvido.

la manera desigual para decir,

no era mío!, pero no pierdo de vista el mar

que miro, las olas que hablan de lo lindo.

la belleza del mundo es mío.

es el pan de vida por el que suspiro.

no puedo desistir sino hay tarde gris,

así como hoy que toda la noche sea para ti.

vuela por ti, sé bueno por mí,

luego en paz y en calma

hazme venir..

 

A la vida que encuentro y que me hace pequeña,

a la vida que enciendo en momentos de risa,

al poeta que soy cuando mueven mi pluma las palabras que suelto en un claro de luna.

a la vida pasión y a mis versos su olor,

el de flores que caen cuando muere la tarde,

otro dìa nublado sin la lluvia y el sol,

y yo buscando tu rostro, el abrazo y tu voz.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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