viernes, 11 de septiembre de 2020

CLAMOR ENTRE LOS SILENCIOS.

Alzó el vuelo majestuosa,

alas como dos veleros,

batiendo enérgicamente,

entre sus plumas el viento.

Voló desafiando al aire,

como enérgico guerrero

y retó a la gravedad,

que le ciaba hacia el suelo.

 

Águila de plumas grises,

ojos de múltiples velos,

timón que orienta la meta,

cola que dirige el viento,

henchido plumaje de aire,

sedoso cual terciopelo,

vuelas libre como el verso,

exhalado contra el tiempo.

 

Amor que vence y abate,

al más diestro de los diestros,

destruyendo la armadura,

con el latir de su aliento.

Da la espalda a la cordura,

en aras del sentimiento

y practica la tortura,

cuando se atenúa su acento.

 

Canta el ruiseñor sin prisa,

trinos que hablan de conciertos,

voz aflautada y sentida,

llamando al entendimiento.

Agita su frágil cuerpo,

sobre el viento que palpita

y en su canto la belleza,

vida propia presta al viento.

 

Mudó su piel como el hielo,

torna a líquido elemento,

para que la carne brille,

reflejando como espejos,

la pasión que vive dentro.

La sangre no se detiene,

corriente como un reguero,

que hierve o hiela los huesos.

 

Clamor entre los silencios,

ensordeciendo secretos,

ave que nunca desvela,

hacia donde va su vuelo.

Amor que detiene el tiempo,

con la fuerza de su verbo.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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