Se me antoja mirar
un atardecer tranquilo,
oír la
música del viento,
sentir la calma y el sosiego.
Se me antoja hablar
de lo que he callado,
admirar el cielo
en su máxima hermosura.
Se me antoja conocer
aquella que me falta,
agarrar un manojo de estrellas,
llevarlas a mi pecho
para alegrar mi sueño
Se me antoja probar
el vino de las flores,
embriagarme con su esencia,
sentir un poco de indecencia.
Se me antoja oír
el suave murmullo de tu risa,
compartir nuestros logros,
llenar mi cuerpo de hojarasca...
Se me antoja tocar
tus manos con mi magia,
unirlas y abrazarnos
y echarnos a correr, sin prisa.
Se me antoja un lucero
en mis poemas, un verso
lleno de notas musicales,
oírlo bello, creerlo bello.
Se me antoja un suspiro
en la bolsa de mis viajes,
un aroma a amanecer
tibio y callado.
Se me antoja el vino,
la espuma salpicante,
el sabor de la uva,
de la caña y el agave.
Se me antoja una canasta
de frutas celestiales,
de frutos coloridos
y de jugos embriagantes.
Se me antoja, si,
todo lo bello,
todo lo que he tenido
y DIOS me ha colmado de ello.
Se me antoja la vida,
el amor, tan bueno que
he tenido,
se me antoja un abrazo,
yo creo bien merecido.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
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