sábado, 5 de septiembre de 2020

CUÁNTO DE VERDAD HAY EN UN POEMA.

Nadie le conocía de verdad, a todos confundía su sonrisa siempre activa, y cuando estaba en su soledad la más brutal oscuridad aparecía.

 

¿Cuántos personajes de verdad habría en su Poesía?

 

Nadie le conocía, es una pena. Las personas siempre nos quedamos con lo primero que vemos, somos incapaces de escarbar capas de piel, y pensar en leer las almas sabiendo que detrás de un Bardo virtual, hay un hombre y su tragedia en las entrañas.

 

¿Cuántos amores y desamores tuvo el Bardo y de verdad Amo?

 

Te contesto:

 

Quizás todo sea tan sólo un Poema, a lo mejor es una confesión en toda regla, de aquellas noches de lujuria y alcohol, nada realmente quedó, quizás mirando al espejo, saqué de aquello la verdadera razón, aunque en el fondo es tan ridícula que no te la contaré yo.

 

Y aquí estoy, amontonando las letras en dudas de que si fui yo el abandonado, o fue ella la víctima de un desgraciado que se quería suicidar, qué quieres que te diga, aquella fue una época de mi vida que me ahogaba por todas las esquinas de cualquier ciudad.

 

Préstame ahora atención, si algún día te escribo un Poema de desamor y te nombro, no te enfades conmigo, seguramente tendré la fiebre del Poeta, que cuando la tienes, debes escribir lo que sea, nunca te olvides que por ti estoy loquito de amor, y el ardor corre por mis venas, pero cuando escribo, hay noches  que parezco un pirata tuerto, con parche en el ojo y pata de palo, pero cuando pongo mi punto irónico, hasta puedo parecer ingenioso, aunque si hay algo de verdad en todo esto, y es que yo cuando escribo, en ello, lo dejo casi todo, porque algo tendré que guardar para escribir los demás días, menos mal que hasta debajo de las olas, tengo Tangos, Boleros y Fados escritos, al fin y al cabo todos los Poemas de amor que leo y escribo, son ilusiones perdidas y deseos de fracasados en el viejo arte de amar y ser amado, aunque a mí, lo que me gusta son las historias de desamor y los maridos engañados que para olvidar que llevan cornamenta, beben más, que los que somos borrachos de veras.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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