Estaba sentado frente al mar
observando las bellas olas
cómo iban y venían
dejando en mis oídos
un mágico sonido.
Ese día para mí fue muy lento
y de pronto las olas
con el viento me llevaban
y me traían desde lo hondo
del mar, hasta la orilla.
No sabía si estaba hipnotizado
menos si tenía una nostalgia
lo único que sé, es que
cambiaba mi vida ese día
dejándome detenido.
Recuerdo que me sentía sólo
Buscaba alguna compañía
Hablé con las olas,
Les conté cómo me sentía,
pero ellas de mí se reían.
Sentí alguien que me observaba
Al voltear, allí ella estaba
Muy pensativa me miraba,
Es que lo mismo le pasaba.
Lanzaba enojado piedras al mar
Con nadie ella quería hablar
Al verla así, le quise ayudar
A él me traté de acercar.
Era tan bella, como nunca imaginé
La tenía cerca y lo comprobé
Al verla que lloraba la consolé
Me miró tiernamente y se fue.
De su belleza asombrada quedé
Lanzaba piedras como ella
Y regresó sin saber el porqué
Sólo me dio un beso y se fue.
Al ver que se marchó sin volver
Muy pronto a casa regresé
mas iba pensando quien era ella,
Que en segundos fui feliz sin saber.
Pero cada día allí por ella regresé
por si acaso decidía volver
De pronto un día a mi volvió
y decidimos por siempre volver.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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