viernes, 4 de septiembre de 2020

MUNDO SIN SOMBRAS.

De la sombra,

que al borde del tiempo,

tenaz se aproxima,

a la luz,

que silente camina,

sintiendo la vida.

 

No hay tinieblas,

que rompan los sueños,

de amores y dichas,

ni fronteras,

que el amor prohíban.

 

La niñez,

se desliza intranquila,

precoz y magnífica,

como esponja,

absorbiéndolo todo,

de saber hambrienta,

de placer henchida.

 

No se quiebra,

el junco ante el viento,

que recio fustiga,

su fino esqueleto,

ni la lluvia,

la rosa marchita,

ni su rostro bello.

 

De los lodos,

que ensucian la vida,

a la cara nítida,

de la faz sincera.

Del dolor,

que así se apodera,

a gozos y albricias.

 

Una sombra,

cruzó la frontera,

de la misma vida,

feneciendo,

en su lecho tranquila,

como un débil recuerdo,

como una fugaz chispa.

 

Del amor,

que sin confianza,

en humo termina,

a la voz,

que queriendo amar,

se convierte en caricia

y a su alma se arrima.

 

Volverá la locura,

de gozar de la vida

y en los atardeceres,

en la plácida brisa,

renacerán los ecos,

de alegrías vividas.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri.

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