Si fuera el viento palabra,
y el aliento fuera amor,
si la sangre fuera el agua,
que el humano arrebató,
la palabra sería aire,
el amor sería vapor
y el cuerpo muerto estaría,
de la sangre que perdió.
Temblores entre las hojas,
del libro de los humanos,
saciadas líneas de nombres,
plenas de frases de sabios,
de conquistas y desdichas,
de muerte, horror e injusticias.
Cada página predica,
pero resuena en lo arcano.
No sabe el poder y el necio,
que no valen sortilegios,
cuando se extiende la ira.
Si fuera pitanza el viento,
alguien lo embotellaría.
No se intercambia la vida,
por preces y privilegios,
ni con falsas letanías.
Si el abrazo fuera alianza
y fueran sabios los necios,
el mundo oasis sería,
la sabiduría un sustento.
Si fuera alimento el tiempo
y el amor fuera una ley,
no habría ni hambre ni reos
y el corazón sería el rey.
Tiempo que al tiempo acuchillas,
con el filo de tu acero
y vas dejando semillas,
de odios y de recelos.
Tiempo que no tiene prisa,
solo la tiene el viajero,
que tan deprisa camina,
que va perdiendo el aliento.
Si fuera un tesoro el día
y fuera la noche un premio,
vivir y dormir sería,
como un viaje hacia lo eterno,
salpicado de sonrisas,
de bellos y sueños tiernos,
cada suspiro alegría,
verdad cada pensamiento.
Tiempo que al tiempo castigas,
con tu indomable flagelo,
dale a las razones tiempo
y a la verdad tu talento.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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