domingo, 22 de noviembre de 2020

FLUYE LA IDEA ...

Fluye la idea en la mente,

semilla que así germina,

y se aposenta tranquila,

vive, pero tenuemente,

mientras la carne palpita,

sutil sin parar camina,

transita pausadamente,

y corre o viaja sin prisa.

 

Viejo batel que navega,

desconchadas sus cuadernas

orgullosamente erecto,

desafiando a la galerna,

velas henchidas de auroras,

aventuras en la quilla,

timonel que observa y sueña,

delirantes pesadillas.

 

Camina, siempre camina,

regio, recio y decidido,

enarbolando entre olas,

la silueta de sus ritos.

Camina, siempre camina,

hendiendo surcos de vida,

y va dejando moléculas,

en cada ola que salpica.

 

Fluye vacilante idea,

extraña entre las que medran,

y va flotando sin rumbo,

sorteando a las que reptan.

La genialidad se oculta,

en la maraña que impera,

y como un batel da tumbos,

ante la intensa marea.

 

El tiempo ha dado la espalda,

silencioso, terco y ciego,

a la mirada y la voz,

a la exclamación airada,

no sangra ni siente enojo,

perdona y a veces cura,

otras flagela a su antojo,

no descansa ni se altera.

 

Batel que hincha las velas,

con el soplo del dios Eolo,

en las carnes de la mar,

hiende el cuerpo con arrojo,

en su andadura a bandazos,

busca el rumbo con los ojos.

Roe el tiempo la cubierta,

oxida el tiempo su rostro.

 

Camina, siempre camina,

pausadamente o veloz,

buscando amor entre nieblas,

y en la vida una razón.

Camina, siempre camina,

sobre ascuas o algodón.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri

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