martes, 14 de septiembre de 2021

MÁS BELLA TORNA LA FLOR.

Se fue quedando sin aire,

se fue quedando sin tiempo,

se fue quedando en el borde,

del abismo que nos mira,

y en su mirada se olvida,

de la atención de los ojos.

Se fue quedando sin suelo,

entre amores sin consuelo.

 

Más perfectas son las rosas,

si las acaricia el ojo,

y más brillante es la aurora,

cuanto más bello es el sueño,

y la luz es más hermosa,

cuando la mirada es limpia,

si no la empañan los odios,

si el mundo no tiene dueño.

 

Jazmines en el desierto,

donde la tierra se agrieta,

por la sed que la devora.

Rosas entre los despojos,

de naufragios sin retorno,

por las pérdidas victorias,

y en la oscuridad luciérnagas,

que sin ver, lo miran todo.

 

Se fueron quedando solos,

quienes miran de reojo,

lo que en el margen se aviva,

quien con nieblas en los ojos,

solo ve, pero no mira.

Ya no luce la pupila,

y ya no bailan los gnomos,

para dar la bienvenida.

 

Amables son las palabras,

si sonríen las miradas,

más dulces son las caricias,

si se visten de nobleza,

si su intención es honesta,

y se rompen las cadenas,

que ponen veto a quien ama,

y a quienes aman encarcelan.

 

Mucho más bello es el canto,

de quien canta sin reservas,

y la voz es más auténtica,

si es más veraz quien la templa.

Más sincero es el amor,

si es más clara la conciencia,

la vida multicolor,

más verdad da a quien observa.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri 

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