AMAR A CIEGAS.

Un señor de no buen gusto

dijo un día su deseo

y de tanto palabreo

se llevó un hermoso susto.

Es nombrado don Augusto

y de amores va cegado

por callar desesperado

lo que siente y lo que brota...

Se enamoró de Carlota

y lo tiene bien trabado.

 

Este señor que tiene por nombre....Don Augusto

no puede con su ego,

lo tiene trastocado la Carlota...

Ande Don Augusto, llévele rosas,

dulces, una que otra lisonja.

No piense que con solo su presencia.

llene la apetencia de su Carlota

si tanto la quiere, escríbale versos

en estrofa.

 

Por estar tan enamorado

ese ciego que tú nombras

a quien tienen bien trabado

ahora vive bajo sombras

procura salir bien librado

del enredo con la alfombra

porque se siente hechizado

y Carlota, no lo asombra.

 

Como a tientas

La sorpresa del futuro

Cual becerro te avientas

¿Sin ver o no querer ver?

¿Y la pasión y magia?

¡Sin el click o ese boom!

Pues no sé, pues no.

Amor a ciegas a tu alma niegas

La bomba del tiempo

La caja de pandora

Después sufres...reniegas

Porque engañar a nuestro ser

A nuestro amor,

¡Pues es mejor ver!...

 

Si para amar como debes,

el alma debes cegar,

y el no poder respirar,

forma parte de la flama.

Entonces debemos ser,

el grito de gran poder,

porque nunca se declama,

lo que no se quiere ser.

Y una vez más se comprueba,

que es el peor de los ciegos,

aquel que no quiere ver.

 

Algunos proclaman con pompa y ego

¡Qué el amor es ciego!,

más es muy torpe y no lo niego,

y enamorarme no quiero,

porque el placer prefiero,

amar a ciegas es terrible,

al final descubres algo horrible,

y el amor no es invencible,

aunque ostente apetecible,

y me quedo con la frase,

¡Qué el amor entra por los ojos!

y florecen mis antojos,

sin candados ni cerrojos,

sin pulgas, alimañas o piojos,

con química, orgasmos y nada o casi nada de enojos.

 

A veces amas a ciegas

porque cegada de amor quedas

y tu corazón queda incendiado

porque ese amor tan fuerte, te quema.

 

Si amor justo existiera

ciego sería como materia yerta.

Podrían con él esculpirse

dos corazones latiendo

al son de una canción yerma.

Abriría la puertas a la verdad

y dejaría escapar el yerro.

 

Cada vez que el corazón se impone en la vida mía

inhabilita mi mente , mis ojos, la razón,

y ciego me vuelvo yo, Amando me paso el día,

El verbo amar se instaló y sólo él tiene vida.

 

Amar a ciegas,

casi nada me interesa,

cruel locura que no pesa,

pues te quemas y la riegas,

 

ver, oler, ser y coger,

si no veo pues no creo,

de mi engaño, tonto reo,

pues viendo, edifico aquel querer,

 

y a ciegas es la apuesta,

poco ganas mucho pierdes,

con lágrimas y canas verdes,

de pez obediente a la pesca.

 

Todo el que está enamorado

en medio de su delirio

vive en un puro martirio

porque está desesperado

Siempre quiere estar al lado

de la persona que adora

y hay veces que sufre y llora

y hasta siente que no existe

porque todo lo más triste

es para el que se enamora.

 

Si tú eras para mi

Como así yo para ti

¿Dónde están tus rastros?

Que jamás te conocí.

 

Existía un leve destino

Escrito añil en todo sino

¿Cuál tiempo habrá sido?

Que ilusos no nos advino.

 

Fugaron caricias y besos

Disipados en nadas y decesos

¿En qué lugar hubieras nacido?

Final de fantasmas obsesos.

 

Junto a otro serás emperatriz

Y en mi perfuma bella adoratriz

¿Vendrá acaso el cardíaco desliz?

Que seamos el dúo más feliz.

 

Queda oculta misteriosa duda

Amores de rostros intangibles

Parafernalia que nos anuda

Canto onírico, vigilias posibles.

 

"No critico a Don Augusto

A muchos le ha pasado

Otros se han llevado un susto

Pero sin una Mujer

La Vida no tiene gusto"

 

Oh, qué tentación abrumadora,

escribir sobre el amor,

y al amor incomprensible

del que ama por amar

sin pensar y sin luchar

porque el deseo es mejor

cuando la pasión nos ciega

y con los ojos cerrados

no se ve sutil belleza,

ni corazón arrasado,

solo se siente el calor

de un amor apasionado.

Espero volver a verte

con amor como mi meta,

enroscada entre tus brazos,

con tus besos, tus miradas

y tus caricias grandiosas

que me llevan a la cima

en ese espacio anhelado.

 

Cegada estoy de amor por ti

sin importarme si me amas o me odias

si te vas o te quedas

si me buscas o te da igual

si me sueñas o no me recuerdas

si me piensas o jamás lo haces

Cegada estoy de amor por ti

enferma de pasión y de delirio

confusa cuando quiero irme

y enloquecida cuando deseo quedarme

mi amor es ciego

no precisa de verte para amarte

no necesito tenerte para extrañarte

no comulgo con tu ausencia

pero te dejo ir

mi amor es ciego

desde antes de conocerte

en mi ceguera te presentí

tal como eres idiota estúpido y pendejo

así te vi la cara sin conocerte

engreído, prepotente y soberbio

pero mi amor es ciego así que nada de eso veo

lo que no se quita es la costumbre

de buscar niñas te gustan niñas

para creerte joven

acepta ya estas viejo

te ves más viejo que yo

ya nada queda de aquel galán del que me enamoré

viejo, aburrido y mojigato,

ves como sigo ciega ahora te amo más que antes

te sueño, fantaseo contigo en mi cama

y despierto y solo está la huella de tu cuerpo

y mis brazos vacíos no te tengo porque nunca te tuve.

Mi AMOR es CIEGO pero te veo en una foto que me gusta mucho

donde estas como galán de cine... estas muy papacito!

 

Por amar a ciegas

en las noches oscuras

entre los arbustos

le robaron su amor

de entre sus brazos

ella estaba solo por gusto

y por pasar el rato

no le importó el sentimiento

arranco al amor los ojos

y los lanzo al lago

 

No luce ni suena

mi amor es mudo y ciego

inoculado en vena

Tómalo te lo ruego

no necesita cadena

ni lo dejo para luego

está hecho de granos de arena

de un dulzor palaciego

y un olor a mar serena

 

En ese gris ocaso de su vida,

Se entregó a una increíble desventura,

La joven primavera hecha locura

Buscaba de su hogar una salida;

Entregó su confianza desmedida

A quien sólo buscaba falso apego,

Ese frustrado amor fatuo y muy ciego

Forjaba de dolor una tormenta:

Ahora solitario se lamenta

Pues ella se marchó pese a su ruego.

 

Será el penar de Don Augusto

el cariño de Carlota,

la que entre velos solaya

la verdad de su mirada.

Mira y mira desolada,

la bien querida Carlota

porque en su alma rota

no tiene nada que dar

a un amor de verdad

como el que clama Augusto.

 

Haciendo el amor,

Las luces apagadas,

En ansias aceleradas,

Caricias de fuego y sabor,

Y nace el orgasmo,

En plena faena,

El gemido retumba y suena,

Inmenso el espasmo,

La luz se enciende,

Los rostros tal cual,

Pero algo anda mal,

El encanto desciende.

 

No sé si será el nerviosismo, o es la pasión que nos devora

todo estaba preparado, la música estaba puesta, y como siempre

tu voz en mi cuello la piel me daba cien vueltas, tronos

relámpagos y truenos, pasión para quitar la hoguera..

De pronto se escuchó un ruido, no viene de lejos,

más suena de cerca, apresurados cogimos las ropas

yo me volví hacia la puerta con paso sigiloso

y al abrir el cerrojo encontré la sorpresa

al final el peque de tu hermano había encendido

la mecha, volamos presto a la cocina menos

mal que el zagal nada más que jugaba a la guerra.

 

Por algo el corazón está dentro de nosotros,

para no tener que ver las injusticias

y poder amar, solo al sentir los latidos de su alma gemela.

Que mejor estar cegado por amor,

para entregarlo todo sin remordimientos

y que tu alma se encienda solamente por sentir su presencia.

 

Aquella vez, a ciegas me enamoré,

Ella jugaba al amor y un día me abandonó,

De mis sentimientos esa musa se burló,

Aquel triste día, ríos y mares lloré,

Entregué a ciegas mi corazón,

Era un chiquillo inexperto,

Ansioso, ardiente y dispuesto,

Rendido al deseo, excitación y erección,

Hoy ya no caigo en eso,

analizo y veo primero,

Disfrazar más mi alma no quiero,

Ni ser de un amor, tonto preso...

Mejor es querer y gozar,

Sin pactos, ni firmas,

Placer, libertad, todo y más,

Pues, penoso es amar ... sufrir y llorar.

 

Tiene una venda en los ojos

por cupido fue flechado,

ahora está enamorado

de unos labios color rojo.

De ese cuerpo tiene antojo

no sé sale de su mente,

y vulnerable se siente

ante tanta indiferencia,

el amor le da paciencia

de ese amor es dependiente.

 

¿cuántas veces, amigo mío?

has amado a ciegas

sintiéndote como un río

de contradicciones ajenas

¿Cuántas veces has sentido

que el amor llama a tu puerta

que el amor no conocido

es como correr a tientas?

Amar a ciegas

es poner el corazón

aunque quizás tú lo niegas

se nos nubla la razón

 

Don Augusto parlanchín,

sepa usted que

por la boca muere el pez

y que las alas del amor

le llevarán con Carlota

como prueba de celebración

en un mar que gime secretos

salidos del corazón.

 

Amar a ciegas

es perderse en una espiral de pasión y locura.

Es dar un salto de fe al vacío

y sin saber si el aterrizaje será la dicha o de dolor.

Es vivir sin cordura,

presa de la más infinita melancolía

creyendo escuchar fantasmales voces en el aire.

 

Desearía hacerlo,

tragarlo, digerirlo, beberlo,

Tocarlo, sentirlo, verlo,

a ciegas a este mundo quererlo

Mimarlo, adorarlo, protegerlo

¿Será posible eso?

¿Y a ciegas darle un beso?

¿O estaré mal del seso?

mi respuesta es simple a eso,

No es posible, no soy preso,

Pues la escoria es pan quemado

Y su alma se ha esfumado,

y el demonio ha triunfado,

a este mundo lo ha surcado,

Lo ha encendido, lo ha quemado

sería el alcahuete o el demente,

Pues eso que haga la gente,

Pues no he de ser de esa

camada,

Del rebaño mucho menos,

Los borregos nunca piensan,

Los poetas son rebeldes,

Y este mundo se hunde y hunde,

Imposible amar a ciegas.

 

Amar a ciegas exponer el alma,

el corazón al natural,

atreverse a lo nuevo ,

quizás te haga llorar,

oh simplemente sonreír.

Amar a ciegas es una entrega total

donde no existe, celos, desconfianza,

solo amar

amar a ciegas, es donación, y a la vez una apuesta

tan terrenal, como indeleble

solo habrá uno de cuestionarse

todo ... o nada ...

amar a ciega una sublime

mirada de introspección.

esperando un despertar futuro,

lleno de amor.

 

 

 

 

Autor

Antonio Carlos Izaguerri