Por fiestas y carnavales
pasa su vida engañando
a un corazón que sus males
lo mantienen desangrando
junto al pie de unos rosales.
Y así escribe su dolor
sobre un pétalo de rosa,
todo es rojo en derredor
y una frase misteriosa
se esconde en aquella flor.
Pero al fingir alegría
y al estar en la jarana,
su tristeza la escondía
al saber ya muy lejana
a la mujer que él quería.
Y de noche al regresar
al jardín de los rosales,
aumentaba su penar,
entre sombras fantasmales
esta frase iba a gritar:
“Como una gota constante
que taladra a mi alma herida,
al saberte tan distante
sin ti se me va la vida...
tu ausencia me es flagelante"
Y su nombre repetía
como un loco destrozado,
Rosalía, Rosalía,
Rosalía me has dejado
sabiendo que moriría.
Ya la flor se marchitó
los rosales se secaron,
un corazón se paró
al poeta lo enterraron...
Y al fin... La fiesta acabó.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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