Después de mucho andar
al final llegó a la playa,
cansada de un bravo mar
que con sus olas golpeaba.
Yacía en la arena, exhausta
cuando de pronto asomó,
en la lejana distancia
el imponente astro Sol.
Sus rayos le dieron fuerza,
y obnubilada quedó,
al observar tal belleza
y tan preciado calor...
Que la volvía a la vida
Y le daba una esperanza,
cuando se hallaba perdida
en el medio de la nada.
De allí en mas, cada mañana
iba a ver el horizonte,
donde su amor asomaba
al esconderse la noche!
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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