Para que todo el mundo los goce, disfrute y me escuche.
Si yo me atrevo a tan gran licencia, los sacaré de su estuche.
No dejaré nada en el tintero, el alma suele hablar de noche,
Si los retales de amor, que con mis palabras vierto,
los convierto en un tango sensual, barriobajero, arrabalero.
Escucharan mis voces y lamentos en Buenos aires o Montevideo.
El amor que mis labios paré, crecerá y se convertirá en soneto.
Si puedo dejar retales de mi corazón, lo haré delicado con emoción.
Serán palabras de amor, melodías sonoras como una canción.
Así de sublime y embriagador como el perfume, una rosa evocación.
Tenemos la mala costumbre, de no decir te quiero maldita condición.
Si yo puedo dejar retales de amor, Los dejaré para toda la gente
Para que sirvan, para que vivan por siempre, un bello precedente.
Yo no puedo pasar por este impío mundo, dejar mi ternura pendiente.
Así de sutil, como de gentil y grácil verso libre, ecuánime omnipresente
Si yo puedo dejar retales de amor, remiende todo aquel que esté roto.
Así sí, así soy y así lo proclamaré, la rosa de los vientos gaviota y puerto.
Para ti, para él, para nos, derramare mis sueños, mis gozos aquí evoco.
Serán palabras de amor, serán serafines hermosos, los te amo, los te quiero.
Si yo puedo dejar retales de amor, serán como primaveras en hibernación.
Esperando que fluyan las savias, acortando las esperas de la ansiada floración
Más cabe en mí desidia, una profunda desazón, seré loco o tengo henchido
De este preciado tesoro, que a mi alma engranan y agasaja, cándido puro corazón.
Si yo puedo dejar retales de amor, lo haré con fervor y devoción,
como pétalos de rosas al viento, esparciendo ternura y desacato
Que cada verso sea un susurro al oído, una caricia sin razón,
para que el amor perdure, sin medida ni condición, algo más de un rato.
En cada línea tejida con afecto, en cada rima y en cada oración,
quede impreso el alma desnuda, en su más puro corazón abstracto
Que estos retales de amor, perduren como un eterno sermón lo capto
testigos de emociones profundas, de un amor sin pretensión.
Así, si puedo dejar retales de amor, que sean luz en la oscuridad,
semillas de esperanza brotando en cada nueva aurora al despertar, será sinceridad.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri.
No hay comentarios:
Publicar un comentario