Quisiera señora mía, servirle como amante, no como amigo;
Que no se ilusione con otro y sueñe conmigo.
Que su pensamiento aunque lo dude y no crea, está de mi lado
Pues usted es la dueña de todos mis versos, ahí se ha encontrado
Su mar y su playa, tienen olas y arenas,
donde me baño y escribo su nombre, aunque no quiera
Usted también me sueña todas sus noches,
soñando mis besos y mi cuerpo, no le hago reproches.
Las cosas bellas, todos la quieren mirar
y usted mi señora, para mi me la voy a quedar.
Las caricias y besos, son de los enamorados
y las suyas y las mías en nosotros ya se han quedado.
Pensando en mi, mañana aquí la veré,
tomada de mi mano y besando su boca aquí la tendré.
Por que usted señora mía, no tendrá más pretendientes
Que éste que le ama y le amará siempre,
Le llevará en mi alma indefinidamente.
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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