Yace dentro de mi alma el más grande dolor,
cuando en ávido torrente te has ido lejos,
sin apenas dejar un amor en silencios,
sólo has dejado sin paz un alma en clamor,
pide a gritos la penitencia de tu voz,
un grito del dolor del alma sin razón,
pido que vuelva a mi corazón tu pasión,
y desnudez como el viento a mi piel veloz,
es el dolor en el alma el que pide a gritos,
y regresa a mí sin dolores y sin penas,
y sólo ven a mí en paz y en instantes sabios,
y sólo el tormento viene y va si no callas,
el dolor en el alma por tus propios labios,
y desencadenas las amarras si me amas…
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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