Gritas, pues, y que posees una fría piel,
sin amor ni cálida y pálida sensación,
no posees amor en el solo corazón,
sólo deja que la pena sea siempre fiel,
y la fría piel sea sentir y presentir,
sólo si en la fría piel desnudas el amor,
cuando sólo el deseo se acerca a tu dolor,
y si muere por fría piel el alma al morir,
siempre esperas la desesperación de sentir,
si la fría piel siente de desesperaciones,
la fría piel lega como lía por morir,
y no sientes el corazón con sólo vivir,
y cuando el corazón advierte las emociones,
se pierden en un corazón por sobrevivir…
Autor
Antonio Carlos Izaguerri
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